11/3/10



Esta exposición esta organizada cronológicamente y no por temas.

Para ver las distintas colecciones, tienes un enlace en cada cuadro 
que aparece a la izquierda de esta sección.

Jugando con los colores, debería ser el título de esta sección, porque la pintura ha sido mi juguete favorito; he disfrutado muchísimo probando todo tipo de técnicas, como si de un juego se tratara mezclaba materiales y técnicas sin ninguna preocupación, el resultado en muchas ocasiones terminaba en la basura, pero otras no, y a eso se le llama disfrutar.

Descubrí mi afición por la pintura en la década de los 70, influenciada por el arte que derrocha en cada cuadro una persona a la que admiro y quiero muchísimo.

El día de mí Santo allá por el año 1974, alguien me regaló una caja de pinturas, un caballete, varios lienzos, pinceles y un montón de ilusión, también un ramo de margaritas, mis flores favoritas. Cogí las margaritas, las puse en un jarrón, después monté el caballete, elegí un lienzo y sin pensarlo dos veces me dispuse a pintar mi primer cuadro con una inconsciencia total, sin pudor ni vergüenza, y sin tener ningún conocimiento de pintura.

Después de ese primer cuadro, enguarré muchos más que me sirvieron para experimentar mientras disfrutaba, a la vez que iba aprendiendo cosas nuevas.

De los comienzos solo guardo ese primer cuadro como recuerdo de aquel momento tan especial para mí, no tengo fotos, solo algunos cuadros y ese recuerdo de entusiasta que te quita el sueño por las noches deseando que amanezca para retomar el cuadro donde lo dejaste.

Los cuadro que veras aquí no tienen ningún valor como obra de arte, pero para mí son valiosísimos por las vivencias que lleva cada uno de ellos. Casi todos los pinté en Denia, lugar donde pasábamos el mes de agosto. Mis vacaciones consistían casi en su totalidad en playa por la mañana y pintura por la tarde, hacer la maleta era muy fácil, todo tipo de utensilios de pintura, pareos, bikinis y crema solar.

Durante este tiempo mis hijos iban creciendo entre pinceles y lienzos aficionándose muy pronto al dibujo y la pintura. Pronto demostraron una gran habilidad, por lo que se convirtieron en mis únicos profesores, de ellos aprendí lo poco que sé. Es en estos años cuando yo más disfruté de la pintura y de mis hijos, el improvisado estudio estaba lleno de vida, de color y olor, de risas y bromas de los amigos de mi hijo que se pasaban la tarde entrando y saliendo impacientes esperándolo que terminara para salir a navegar.


Con la cabeza llena de ideas, el 1 de agosto lo dedicábamos a montar nuestro estudio para empezar a pintar desde el día 2 hasta el 25 que suele coincidir con el final de las vacaciones, a partir de esa fecha era preciso dejar de pintar, los cuadros no se pueden transportar con la pintura reciente, era entonces cuando desmontábamos el estudio y exponíamos los cuadros por las paredes del apartamento.

Toda la urbanización conocía nuestra afición, y esperaban con entusiasmo los días que exponíamos. En muchas ocasiones los amigos previamente nos encargaban algún cuadro, otras veces les donábamos el que les gustara de lo expuesto.